Las movidas del sector de la construcción con las 4G

No solo el sector bancario tendrá cambios con el desarrollo de las concesiones de 4G y las nuevas APP. Nuevos jugadores entrantes y procesos de consolidación se verán en el sector constructor. La compra de Odinsa por parte de Grupo Argos es el primer gran paso.

El tamaño de las operaciones que se avecinan en las concesiones de cuarta generación (4G) y en las alianzas público privadas –cuyo valor se estima en $65 billones– anticipa que abrá un proceso de consolidación en el sector de concesiones y que emergerán jugadores muy relevantes.

De hecho, sin haberse dado la primera palada de las nuevas obras e incluso sin el cierre financiero de ellas, ya se dio una de las jugadas más importantes: en abril, el Grupo Argos –uno de los conglomerados más fuertes en el sector de infraestructura del país–anunció la adquisición del 24,8% de Odinsa, una de las empresas constructoras de mayor tamaño del país.

Tres semanas después, Grupo Argos concluyó el proceso de Oferta Pública de Acciones y alcanzó una participación total del 49,8% en Odinsa. Actualmente, este grupo ha elevado ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) una solicitud de pre–evaluación de la integración con la intención de, eventualmente, llegar a adquirir una posición de control en Odinsa; es decir, superior al 50%.

Referente

Esta movida, que alcanzó un valor superior a los $900.000 millones, se ha convertido en uno de los referentes en el desarrollo del negocio de infraestructura del país.

La razón es que el Grupo Argos, que hace parte del Grupo Empresarial Antioqueño y es su brazo en el negocio de infraestructura, tiene una gran presencia en negocios relacionados:cuenta con participaciones mayoritarias en Cementos Argos –el conglomerado cementero más grande del país– y en Celsia –la cuarta generadora nacional de energía–. Además participa en el negocio portuario y está desarrollando un portafolio inmobiliario. El Grupo Argos tuvo ingresos consolidados el año pasado por casi $9 billones y se ubicó entre las 10 empresas más grandes del país.

La operación fue destacada por la calificadora Fitch Ratings Colombia, pues desde el punto de vista estratégico complementa el portafolio de inversiones y contribuye con la diversificación de la operación del Grupo Argos.

Sobre las expectativas de lo que representaría esta operación hay un dato relevante de Odinsa: su Ebitda durante 2014 fue de $325.000 millones, que al ajustarse al porcentaje de participación del 49,8%, representaría aproximadamente 15% del Ebitda total de Grupo Argos para ese año. “Teniendo en cuenta esta cifra y la proyección del negocio durante los próximos años, Odinsa se convertirá en el tercer gran pilar dentro de nuestras inversiones estratégicas listadas en bolsa”, dice un vocero del Grupo.

Odinsa podría convertirse en el brazo de las concesiones del Grupo Argos, y muchos ya lo asemejan a lo que representa Corficolombiana para el Grupo Aval. Odinsa viene participado en la licitación de proyectos y hasta hora le han sido adjudicados Pacífico II (4G) y Malla Vial del Meta (APP). En cuanto al desarrollo de mercados internacionales, Odinsa se quedó con la concesión del Aeropuerto de Quito, que se suma a las concesiones que tiene en Aruba y República Dominicana, y a las inversiones en energía en Panamá y Chile.

Entre tanto, Corficolombiana avanza con tres contratos de 4G y una iniciativa privada. Además, sin tener participación, asesora el proyecto de navegabilidad del río Magdalena. También participa con inversiones en el sector de energía y gas. La única gran diferencia que tienen las dos es que mientras Odinsa se ha formado en el sector constructor, Corficolombiana, “como corporación financiera tiene la ventaja de que puede captar recursos”, advierte un analista del sector.

Además, para otros la movida de Grupo Argos es una integración en la cadena, pues cuenta con el respaldo financiero del Grupo Empresarial Antioqueño –que tiene un poderoso brazo financiero con Sura y Bancolombia–, participa en Cementos Argos y con la compra de Odinsa, cerraría el eslabón de la cadena. “Argos necesita garantizar que la inversión que ha hecho en cementos sí la vaya a usar y Odinsa es una de las herramientas para ello”, agrega el analista.

Sin embargo, el Grupo Argos advierte que la operación con Odinsa no se concibe como una integración de la cadena. “Estamos buscando participar en otro negocio del sector de la infraestructura que tiene un gran potencial no solo en el país sino en la región. Grupo Argos ha sido muy claro en su intención de no competir en el sector de la construcción por el respeto que tenemos hacia nuestros clientes del negocio cementero, de ahí la importancia de aclarar que Odinsa es una compañía de concesiones, no una constructora”, señaló el Grupo en un pronunciamiento.

El futuro

Esta es apenas la primera movida de un sector que está en plena ebullición. ¿Qué viene? El problema no será de disponibilidad de recursos sino de la posibilidad de armar unas propuestas concretas con respaldo para los nuevos concesionarios. “No creo que sea razonable armar un colectivo homogéneo. Es razonable esperar que haya gente a la que le va bien, regular o mal y eso no tiene nada que ver con la disponibilidad de recursos. Un escenario previsible es que algunos proyectos cierren muy bien y con costos razonables. Que algunos otros cierren con costos más altos y que otros no cierren”, dice un alto ejecutivo del sector.

La cantidad tanto de equity como de deuda que se requieren para estos contratos es muy alta y, muchos analistas consideran que hacia adelante habrá mucho movimiento en el sector, que vendrán por empresas en procesos financieros complejos o rescatando contratos en problemas.

Podrían darse, además, nuevas emisiones de acciones y un papel más activo de las constructoras en el mercado de valores, ahora que han perdido relevancia las petroleras, y más activas a las empresas de insumos, como Cemex, en propuestas de nuevos proyectos.

De otro lado, está por verse qué rumbo puede tener el caso de firmas que ya tienen contratos de concesión en el país, pero que a raíz de escándalos de corrupción podrían tener en vilo su participación en estos negocios. Odebrecht, que es investigada por presunta corrupción en Brasil y cuyo presidente fue detenido, participa en Ruta del Sol Sector 2 y en la recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena.

A su vez, Hidalgo e Hidalgo de Ecuador que tiene dos proyectos con el Gobierno, también enfrenta denuncias de corrupción en Panamá. El Gobierno elevó ante el Consejo de Estado consultas para aclarar las implicaciones que tendrían estos cuestionamientos.

Otro sector que estará moviéndose es el de fondos de capital privados. Según Colcapital, con corte a 2014, esta industria cuenta con recursos por cerca de US$7.440 millones, la mayoría de los cuales –en número de fondos y volumen– están en el sector inmobiliario, con 14 fondos por US$3.140 millones. Luego están los multisectoriales que son 28 fondos y tienen US$2.970 millones. Les siguen los de infraestructura cuyo peso es de US$760 millones. Sin embargo, se espera que dé un gran salto en los próximos meses.

Las 4G están sacudiendo el mercado y vendrán más movimientos en un sector como el de la construcción de infraestructura, donde se vislumbran grandes procesos de consolidación.